Que nuestro coche esté conectado ya es algo asequible con autorradios basados en Android o que soporten tecnología como MirrorLink; e incluso será obligatoria la conexión a una red en muy poco tiempo, debido a la obligación de incorporar en todos los coches el sistema de la llamada de emergencia e-Call, para que en caso de accidente, alerte de nuestra posición a la DGT. Todos los fabricantes de vehículos, aprovechando que habrá que ponerle sí o sí, una tarjeta SIM de un operador, buscan estar entre los primeros números memorizados en la agenda del sistema. Las ventajas son evidentes: todos quieren avisarte cuando necesites cambiar las ruedas, en el momento que debas pasar la revisión u ofrecerte un taller si sufres una avería. De esta manera, buscan ofrecerte un Customer Experience inigualable.
Y, ¿qué pasará con nuestra casa? Pues empezó Google comprando una empresa de termostatos inteligentes, y enseguida sus competidores se lanzaron a posicionarse en el mercado. Samsung adquirió otra compañía del "Internet de las Cosas" y domótica para el hogar, Apple en breve presentará una gama de productos que serán más bonitos, más "inteligentes", más exclusivos, y a la par, mucho más caros que los de la competencia.
Por otro lado, ¿alguien no ha oído todavía la palabra wearables? ¿Quién no tiene una pulsera o un reloj que mide las calorías, las pulsaciones, las horas de sueño y en breve, un gadget que "cuantificará" las relaciones sexuales?
(El artículo completo se puede leer en este pdf del número 65 de Relación Cliente Mag)