Uno de los datos que se desprende del estudio ‘Percepción del consumidor español sobre la seguridad de su identidad digital’, de CPP, señala a los miembros de la Generación Z (nacidos a partir de 2001) como los más despreocupados por el uso de esta información (un 35% de los encuestados); una tendencia alarmante si tenemos en cuenta que este colectivo es precisamente el que facilita una mayor cantidad de información personal en la red.
Por el contrario, los integrantes de la Generación X (nacidos entre 1965 y 1979) son los más conscientes de la importancia de esta cuestión (un 61% de los encuestados), seguidos por la Generación Y o Millenials (nacidos entre 1980-2000) con un 56%. Baby Boomers (nacidos entre 1946 y 1964) y Maturist (nacidos antes de 1946) son colectivos vulnerables, en parte por su desconocimiento de estos entornos, con un índice de preocupación del 50% y el 48% respectivamente.
Para identificar y registrar el Robo de Identidad es importante asumir la sustracción de datos como punto de partida para el mismo. En su estudio, CPP España, analiza la tipología de estos datos personales. Mientras que un 90% de los encuestados considera el DNI el dato personal más relevante, seguido de la información bancaria con un 79% y las contraseñas de acceso a internet con un 71%; otro tipo de información cuya desprotección puede suponer un claro riesgo, como es el caso de las fotografías personales o familiares, los perfiles en redes sociales o la propia fecha de nacimiento, se sitúan en porcentajes que apenas superan el 50%. En esta misma línea, sorprende también que un 40% de los encuestados reconoce no revisar en ningún momento la política de privacidad de redes sociales y otros servicios online, antes de convertirse en usuario de los mismos.
Otro factor importante en el ámbito de la percepción social para poder reclamar una protección efectiva de la propia identidad es la identificación de los riesgos efectivos de una desprotección de los datos. Así, el principal riesgo reconocido por los encuestados es ser víctima de un fraude (84%), seguido del uso de su identidad para actividades delictivas (79%) y del acceso a información personal sin su conocimiento (77%).
Cómo compartimos nuestros datos en la red
El estudio también pone de relieve importante información sobre el comportamiento en la red, las pautas de utilización de los datos y los riesgos asumidos por el usuario, consciente e inconscientemente, en función de sus propios comportamientos.
Los datos de CPP España señalan que las circunstancias percibidas por los encuestados como origen de un posible robo de datos son: duplicación de tarjetas bancarias (77%), framing (62%), phising (60%), encuestas fraudulentas (36%), sustracción de correspondencia (25%), sustracción directa de bolsos o carteras (21%) y depositar en la basura documentación sin destruir (19%).
El porcentaje de encuestados que no conoce ningún servicio o seguro para hacer frente a un posible robo de datos es elevado. Oscila entre el 73% en el caso de Generación Z, y el 96% de los Maturist. Tras evaluar los resultados del estudio, desde CPP España se señala que la protección efectiva de la identidad pasa por articular medidas en torno a cuatro pilares: concienciación, legislación, prevención y protección.
(El estudio se puede consular aquí).