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“Antes de las vacaciones, hacíamos una reflexión sobre la figura del líder de una operación. El responsable de un equipo. Y sobre cómo el lenguaje, en ocasiones, nos "traiciona". Cuando usamos adjetivos posesivos cuando nos referimos a "Mi Equipo" dejamos entrever que las personas que trabajan con nosotros son algo "nuestro" y, desde mi humilde punto de vista, creo que no es un planteamiento adecuado en una organización fresca y dinámica. Incluso proponía un ejercicio para dejar de hablar de "mi equipo", "mis chicos" y empezar a usar términos más ajustados a la realidad empresarial compleja: "las personas que trabajan conmigo" o "las personas que coordino".
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