Antonio Aparicio, AI Solutioning Director en Transcom, hace una interesante comparación entre la situación actual de la IA Generativa y los LLMs (Large Language Models) con la revolución que supuso para los usuarios de Internet la aparición de los navegadores web a finales del siglo pasado y principios de este y su posterior evolución histórica. Y lo hace para analizar el futuro potencial que tienen las soluciones basadas en inteligencia artificial, especialmente aplicadas al mundo de la atención al cliente y la experiencia de usuario.
Este planteamiento le sirve para preguntarse, ¿qué lecciones aprendimos de aquello? o, ¿qué futuro podemos predecir para los LLMs en base a lo que sucedió entonces?
Pero antes de analizar esta idea, aprovecha para recordar que los LLMs son modelos de lenguaje entrenados con cantidades masivas de información procedentes de diferentes fuentes, fundamentalmente internet. Este entrenamiento les ha permitido comprender y generar texto de manera humana, identificar patrones complejos en el lenguaje para responder preguntas, redactar correos electrónicos o mantener conversaciones fluidas sin necesidad de programación específica para cada interacción. Los LLMs son una subcategoría dentro del campo más amplio de la IA Generativa, que se enfoca en crear modelos capaces de generar datos nuevos y originales, ya sean texto, imágenes, audio, etc.
Hecho este inciso, el autor del artículo aprovecha para plantear su comparativa indicando que, si los navegadores se convirtieron en la puerta de entrada a la web para el público general que podía acceder de forma sencilla a su contenido, hasta entonces limitado a técnicos especializados, los LLMs son los interfaces fundamentales para interactuar con la información y ejecutar tareas complejas.
Y especifica tres lecciones aprendidas de la historia de los navegadores web y su paralelismo con los LLMs:
Integración es poder: La historia de Internet Explorer demuestra el poder de la integración. Microsoft lo integró en Windows, dándole una distribución masiva. Antes de esta integración Netscape copaba el 95% del mercado, después era Explorer el que tenía el 97% del mismo. Hoy, vemos a gigantes tecnológicos integrando LLMs en sistemas operativos y suites de productividad (como Microsoft Copilot en Windows y Google Gemini en Workspace). Esto podría llevar a un escenario donde unos pocos LLMs dominantes se conviertan en la opción predeterminada en la atención al cliente, integrados en las plataformas que ya utilizamos.
La importancia de los estándares: Los estándares web permitieron que los sitios web funcionaran consistentemente en diferentes navegadores (recordemos que eso se produjo gracias a la aparición de navegadores alternativos tras una posición dominante de IE 6, que no evolucionó apenas en 5 años, lo que provocó incompatibilidades con los estándares web emergentes y serias vulnerabilidades de seguridad). De manera similar, los estándares para las API de LLMs, la seguridad y la interoperabilidad serán cruciales para evitar el «lock-in» y fomentar la innovación en la atención al cliente.
El código abierto como disruptor: Así como Firefox (evolución de Netscape tras la desaparición de la compañía en 1998) desafió el dominio de Internet Explorer, los LLMs de código abierto (como LLaMa o Mistral) están desafiando a los modelos propietarios. Esto promete mayor personalización, transparencia y control, lo cual es vital para las empresas que buscan soluciones de atención al cliente adaptadas a sus necesidades específicas.
(Este artículo de Antonio Aparicio, AI Solutioning Director en Transcom, se puede leer completo aquí).