Teniendo en cuenta esta realidad, algunos expertos aconsejan seguir unas sencillas pautas para aprovechar la monitorización y evitar que los clientes sientan rechazo por sentir invadida su intimidad:
La monitorización sirve para escuchar. Hay que tratar de entender lo que dicen los clientes para atender de verdad sus necesidades, ello implica conocerles a fondo respetando sus gustos.
Explicar el porqué de la monitorización. Conviene que la marca explique al cliente el motivo de la escucha y la preocupación de la compañía por ofrecer un mejor servicio, tratando de reaccionar siempre a tiempo ante cualquier problema.
Es recomendable estudiar al contexto. La empresa aludida en un comentario ha de saber si realmente el cliente en cuestión está reclamando su atención o no, ya que la intervención directa de la empresa puede no ser bien recibida.
A los clientes hay que ofrecerles un valor añadido a cambio de la información que dan. Suelen estar más dispuestos a bajar el nivel de privacidad a cambio de un mejor servicio.
(Fuente de la información: Puro Marketing).