Elena García tiene un horario laboral de cinco horas, con descanso de 20 minutos. Su rutina diaria para desempeñar sus funciones en Atención al Cliente Hogar de Plus Ultra Seguros, es la misma que si lo hiciera desde la oficina. “Lo que realmente cambia es el antes y el después del horario laboral, ya que trabajando desde casa me evito las horas de desplazamiento”. Lo que más positivo le resulta de esta modalidad es el ahorro de tiempo en desplazamientos. “Este era un tiempo perdido que ahora puedo aprovechar mucho mejor, especialmente para cumplir con mis responsabilidades como madre (tener hijos implica que cada minuto sea más importante si cabe)”. Como todos los agentes de Plus Ultra que trabajan en esta modalidad, acude una vez a la semana a las oficinas, el resto del tiempo mantiene el contacto con sus responnsables por teléfono o email.
Una mayor concentración
La jornada de cinco horas diarias de Tania Alonso en el servicio de Asistencia Hogar como agente de Asitur, comienza como la de cualquier otro trabajador. “Tras levantarme me aseo y desayuno, a continuación levanto y preparo a mis hijos para el colegio. En cuanto se marchan preparo mi puesto de trabajo y comienzo la jornada”. De momento, no ha encontrado inconvenientes a esta modalidad laboral y sí varias ventajas: “No pierdo tiempo en los desplazamientos al trabajo, me puedo quedar con mis hijos en casa en caso de que enfermen o no tengan colegio y tengo mayor concentración a la hora de trabajar, ya que no tengo ruido alrededor. Durante la jornada laboral me hago a la idea de que estoy en la oficina y no permito interrupciones que no estén relacionadas con el trabajo, además tengo mi puesto de trabajo en un lugar fijo y acondicionado para trabajar de forma cómoda, lo cual me permite sentirme como en la oficina”.
Vida sana en un entorno natural
“Vivo en Campanet, un pueblo de Mallorca junto a la sierra. Aquí respiro aire puro, no escucho coches, ni sirenas, ni voces … Valoro cosas tan sencillas como poder saludar a la gente que pasa por mi lado cuando voy a comprar. Y si tuviera que dejar el trabajo por motivos ajenos a mi voluntad, esta vida no la podría llevar. No me quedaría más remedio que irme a Palma en busca de oportunidades laborales. Y eso sería muy duro, tendría que renunciar a mi estilo de vida”, afirma Isaías González, agente de CustomerTop, quien trabaja en una campaña de televenta de una compañía eléctrica. Este es el principal aliciente de su modalidad laboral, que además le permite cuidar alguna de sus aficiones diariamente. “Entro a las 13.00 horas de lunes a jueves, con lo cual tengo la mañana para disfrutarla o dormir. Me levanto sobre las 10.00, me ducho y desayuno tostadas con tomate (en invierno, enciendo la chimenea), luego paseo a mi perra Renata y trabajo un poco en el huerto. A las 12.30 enciendo el PC, leo correos y me conecto para empezar mi jornada laboral”. Reconoce que al principio encontró algún inconveniente, pero lo subsanó fácilmente. “Se me hacía duro porque parecía que no desconectaba, ya que utilizaba mi ordenador para el trabajo y para enviar emails a mis amigos. Los mismos cascos que usaba para contactar con los clientes, me los ponía luego para escuchar música y relajarme… Esto fue lo que me llevó a crear un espacio de trabajo y cerrarlo siempre con llave, no utilizo nada que tenga que ver con mis herramientas de trabajo y, por supuesto, intento no hablar de mi trabajo en casa o hacerlo lo menos posible”.
(Más experiencias similares, en este pdf del número 56 de Relación Cliente + Call Center Mag, de las páginas, 34 a la 38).