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¿Puede la inteligencia artificial sustituir al trabajo humano?

Patricia Pérez escribe sobre el trabajo humano.La respuesta es clara: no, la inteligencia artificial no puede sustituir al trabajo humano. Al menos no en todas sus esferas, pero sí puede modificar nuestra forma de trabajar. La fuerte incursión de herramientas de inteligencia artificial como ChatGPT, al igual que ya ocurrió con otras tecnologías precedentes, reabre el debate sobre si el trabajo automatizado puede sustituir al trabajo humano. No es un asunto que debiera preocuparte, si trabajabas y piensas como una persona; preocúpate si trabajas y piensas como un robot. Lo cierto, es que es una oportunidad, ya que la tecnología nos proporciona un activo valioso que es el tiempo. Tiempo para dedicarlo a la creatividad, a innovar, a analizar y reevaluar nuestros procesos.

En el equipo y procesos de Lanalden Digital Business, primamos dedicar tiempo de calidad a los proyectos, maximizando la parte más intelectual o creativa. Por ello, las herramientas del tipo ChatGPT nos resultan útiles en los procesos estrictamente operativos que actúan como “ladrones de tiempo”. Por ejemplo, ¿para qué darle mil vueltas a un código fuente buscando un error, cuando la IA puede encontrarlo en menos de tres segundos? Mejor dedicarse a mejorar otros aspectos del producto final, para que cumpla mejor con las expectativas de usabilidad de quienes van a navegar por esa web o App. También nos ayuda a mejorar nuestras queries o análisis, buscando alternativas, símiles u otras combinaciones a las que como individuos no hubiéramos tenido acceso. Paradójicamente es como darle un “boost” a nuestros cerebros para llegar a tareas a las que tardaríamos horas en alcanzar.

En diseño, en SEO, en la minería del dato… mil aplicaciones

La IA es como ponerse una capa con superpoderes. Desde dibujar un complejo fondo en una animación creada por ordenador al más mínimo detalle, hasta realizar un exhaustivo benchmark o buscar nuevas ideas semánticas aplicables a nuestra estrategia de SEO. Resulta de gran ayuda para hacer frente al síndrome de la página en blanco, que a cualquier profesional le ataca en algún momento de su trayectoria.

En SEO, gracias a su capacidad de análisis, utilizamos la información para generar descripciones concretas y atractivas para las páginas web de nuestros clientes. Así, logramos optimizar el contenido en función de los resultados de búsqueda y aumentamos las tasas de conversión.

También en la analítica digital, en la que diseñamos queries para la recogida y monitorización de la información, a través de ChatGPT creamos en segundos toda la programación que nos permite ser mucho más exhaustivos en las búsquedas y capturar un mayor volumen de información.

Pero no, no dejamos a un lado nuestro expertise y profesionalidad, al contrario, llegamos más lejos, aportando nuestro conocimiento humano y nuestra capacidad para leer los dobles sentidos, las ambigüedades y a interpretar adecuadamente el contexto. También a aportar mayor creatividad y nivel de detalle y a pararnos a pensar en la estrategia, ya que el tiempo ganado así nos lo permite.

Mejorando la experiencia del cliente

¿ChatGPT, sí, ChatGPT, no? Es la otra pregunta del millón. Es importante tener en cuenta que, si bien ChatGPT puede abrir un mar de oportunidades en el desarrollo en la transformación digital de las empresas, es fundamental contar con una estrategia integral y considerar otros factores, como la seguridad de los datos y la ética en el uso de la inteligencia artificial. La implementación de ChatGPT en la transformación digital de una empresa debe ser cuidadosamente planificada y considerar aspectos como la privacidad de los datos, la seguridad cibernética y la experiencia del usuario.

Por estos motivos la IA nunca podrá desplazar al trabajo humano. La emoción es un atributo clave que no puede ser replicado por la inteligencia artificial. La empatía humana, la capacidad de comprender las emociones del cliente y responder de manera adecuada, es fundamental para proporcionar una óptima en experiencia de cliente.

ChatGPT y otros sistemas de automatización pueden ofrecer respuestas predeterminadas a ciertas preguntas, pero carecen de la capacidad de comprender el contexto emocional y las sutilezas del lenguaje humano. A medida que evoluciona la tecnología, y en los últimos años lo está haciendo de forma imparable, las competencias de las personas empleadas deben evolucionar con ella para alcanzar las altas expectativas que existen en el mercado y para ello la formación y las herramientas capaces de asistir a la plantilla de forma activa son fundamentales.

(Patricia Pérez, responsable de la unidad digital business de Lanalden)

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