Esmeralda Mingo, directora general de Zelenza CEX, repasa, en este artículo, los elementos que hacen que los equipos de trabajo heterogéneos aporten tanto valor a las organizaciones.
Cada cuatro años, los Juegos Olímpicos nos dejan no solo proezas atléticas al alcance de muy pocos, sino también valores como el compañerismo, la capacidad de superación y el trabajo en equipo. Con París 2024 todavía en la retina, es admirable recordar cómo cada persona asume un rol dentro de su conjunto en función de sus capacidades y características para conseguir un bien común.
Esta idea es totalmente extrapolable al mundo de la empresa. Contar con plantillas formadas por personas procedentes de distintos contextos, con experiencias diferentes y habilidades únicas, nos dota de una perspectiva más amplia, una mayor capacidad de innovación y la posibilidad de afrontar desafíos.
Talento diverso
Nunca hay que juzgar un libro por su portada. Todos hemos prejuzgado a alguien en una primera interacción y nos hemos llevado una sorpresa cuando ha demostrado ser más que válido, a pesar de una idea preconcebida errónea que nos habíamos formado.
Crear equipos heterogéneos no es cuestión de imagen, apariencia o estadística, sino de productividad y eficiencia. Apostar por perfiles diversos nos brinda la oportunidad de obtener soluciones más completas, aprovechar el talento desde distintas perspectivas y, en última instancia, mejorar resultados.
La diversidad en las organizaciones es un motor clave para la evolución y el éxito. Al integrar personas con trasfondos diferentes, se fomenta una cultura inclusiva que genera ideas frescas y enfoques distintos, lo que se traduce en ventajas competitivas y un entorno más dinámico y resiliente.
Entre otros beneficios, esta filosofía nos aporta:
– Mayor creatividad e innovación: Permite generar ideas más originales y soluciones novedosas a los problemas.
– Toma de decisiones equilibrada: Tienden a considerar una mayor variedad de factores, lo que lleva a decisiones más informadas y equilibradas.
– Aumento de la adaptabilidad: Facilita que las organizaciones se adapten mejor a los cambios del mercado, al tener miembros con distintas habilidades y puntos de vista.
– Mejor comprensión del cliente: Al reflejar una variedad de experiencias y orígenes, los equipos diversos pueden entender mejor las necesidades de clientes diferentes.
– Fomento del aprendizaje continuo: La convivencia de ideas y formas de trabajo distintas impulsa el crecimiento personal y profesional de cada miembro del equipo.
– Mayor compromiso y satisfacción laboral: Los entornos inclusivos donde se generan una mayor motivación y sentido de pertenencia entre los empleados.
Contar con equipos heterogéneos y valorar la pluralidad de pensamientos y experiencias, permite a las empresas estar mejor posicionadas para crecer en un entorno competitivo y cambiante.
La edad es solo un número
Al hablar de diversidad, se nos viene a la mente factores como el origen, género, clase social o religión. La edad pocas veces aparece en esta particular shortlist y es algo en lo que me gustaría entrar en detalle.
Tendemos a creer erróneamente que los seniors tienen mayor resistencia al cambio, menor adaptabilidad y más dificultad para operar en entornos digitales. Esto no supone una barrera en estas organizaciones, ya que estas carencias se suplen con creces con otras virtudes tales como su experiencia o ética del trabajo.
Los vínculos que se crean entre los miembros de estos equipos intergeneracionales son otro aspecto clave. A lo largo de mi carrera, y en especial en Zelenza CEX, he sido testigo de casos en los que los miembros más jóvenes de la plantilla arropan a los más mayores, asistiéndoles en sus problemas con los sistemas y la tecnología de forma constante y desinteresada.
Este balance entre la frescura y empatía de los nativos digitales y el conocimiento y capacidad de trabajo de personas de mayor edad nos está permitiendo construir un entorno de trabajo más colaborativo y enriquecedor.
La combinación de perspectivas y habilidades de diferentes generaciones no solo facilita la transferencia de conocimientos, sino que promueve una cultura de aprendizaje y respeto mutuos. Estas sinergias potencian la innovación y mejora la capacidad de resolución de problemas, ya que cada miembro aporta su propio enfoque para poder sumar de forma conjunta.
Combinación ganadora
Valorar y aprovechar las diferencias individuales y saber integrarlas en los equipos, hace que las empresas puedan alcanzar un mayor éxito y sostenibilidad a largo plazo. La clave está en reconocer y celebrar la diversidad en todas sus formas como un activo estratégico que fortalece a las organizaciones.
Para maximizar los beneficios de contar con una plantilla plural, es fundamental implementar prácticas que promuevan la inclusión y el desarrollo continuo para todos. Programas de mentoría, formación cruzada y oportunidades de desarrollo profesional son herramientas clave para maximizar las sinergias generadas y garantizar que se aprovechen las mejores capacidades y cualidades de cada cual.
(Esmeralda Mingo, directora general de Zelenza CEX)