¿Y si construyéramos una televenta basada en preguntar y escuchar?
El perfil deseado de buen televendedor podríamos hacerlo extensible al del vendedor en general. Durante mucho tiempo su imagen ha estado asociada a personas con una capacidad excepcional para exponer los beneficios de un producto, una idea que se trasladó con fuerza a los canales de venta por teléfono, a través de extensos argumentarios que parecían buscar el aturdimiento de los clientes. Pero qué lugar hay aquí para escuchar activamente al posible comprador.